Ante los constantes incrementos en el precio de la energía eléctrica ¿qué acciones defensivas podemos ejercer los consumidores?; por principio hay que reconocer que no existe ninguna receta única o mágica y que cada caso demandará atención individual, una especie de traje a la medida.
Claro que una alternativa extrema es la de aplicar al pie de la letra el adagio: “El que apaga no paga”y asunto concluido pero, ¿hasta qué punto es esto aplicable para usted?; ¿está dispuesto a bajar el nivel de confort de la familia, de sus colaboradores o clientes?, ¿está dispuesto a bajar el nivel de su servicio o negocio?, la respuestas a estas preguntas conformaran su propia concepción de ahorro y por consecuencia la orientación hacia su defensa.
Quizá es muy probable que necesite de un especialista que le ayude primero, a analizar y diagnosticar su caso, segundo le proponga alternativas acordes a sus necesidades. Hay que estar conscientes que el llegar a una meta de ahorro no será ni gratuito ni inmediato, que la inversión deberá ser bien fundamentada y meticulosamente ejecutada, ya que solo así, producirá el beneficio esperado.
El seguimiento y valuaciones estrictamente programadas le permitirán los ajustes finos siempre necesarios, sea constante y no se desespere.
Para el consumidor doméstico el futuro esta tomando un tinte gris obscuro y es nuestra intención ayudarle a aclarar ese panorama, aportando sugerencias que le conduzcan a racionalizar el uso de la electricidad y posiblemente reducir su consumo.
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